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Deliciosas
Pencas de acelga rebozadas, una receta ideal para deleitar a tu familia: económica y muy nutritiva
Además de ser un plato exquisito, no se necesitan demasiados ingredientes para hacerlo
No hay nada mejor en la cocina que encontrar una receta fácil, rápida y económica. Es por eso que, en esta oportunidad, te traemos una opción súper barata y con un ingrediente que no suele usarse: las pencas de la acelga. Con esta idea no solo vas a poder crear un plato riquísimo, sino que además no vas a desperdiciar nada.
Para esta receta solo vas a necesitar cuatro pencas de acelga, 100 gramos de harina de trigo, dos huevos, sal a gusto y aceite de girasol. Esta idea, además de ser muy económica, es deliciosa y nutritiva, una condición fundamental a la hora de poner un plato en la mesa de tu familia. Informa Voces Críticas
Antes de empezar con el primer paso de esta receta, es necesario que laves muy bien las pencas de acelga para eliminar cualquier residuo. Luego de esto, vas a cortarlas en trozos de 10 centímetros de longitud -una medida aproximada- y vas a poner a hervir tus pencas en una olla grande, que previamente vas a condimentar con un poco de sal.
Una vez que hayan pasado de cinco a siete minutos, vas a retirar las pencas de acelga (la idea de esta semi cocción es lograr que estén tiernas pero sin perder su forma). Antes de continuar con la receta, vas a dejarlas escurrir y esperarás hasta que se enfríen; mientras tanto, vas a batir dos huevos con un poco de sal y -en otro recipiente- vas a colocar los 100 gramos de harina.
Una vez que las pencas de acelgas estén frías, vas a pasarlas por el huevo y luego por la harina, hasta cubrirlas completamente. El último paso de esta receta será poner a calentar una sartén con una generosa cantidad de aceite y, una vez que haya tomado la temperatura adecuada, vas a freírlas.
Por último, vas a retirar tus pencas rebozadas y vas a colocarlas en un papel absorbente para evitar que el aceite se integre a tu receta. Una vez que hayan eliminado el exceso, vas a poder emplatarlas y llevarlas a la mesa. Lo ideal para disfrutar de este plato es comerlas calientes, así que no esperes mucho tiempo para servirlas.
