Entre el exilio y la enfermedad: así fueron los últimos días del General José de San Martín

ARGENTINA (Redacción Voces Críticas) Cada 17 de agosto marca un día de profundo significado en Argentina y en todo el continente sudamericano, conmemorando el 171° aniversario del fallecimiento del General José Francisco de San Martín, una figura reverenciada como el Padre de la Patria y el Libertador de vastas regiones.

San Martín, distinguido líder militar y político, nació el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, actualmente parte de Corrientes, donde vivió hasta 1783 antes de emprender un viaje hacia España con su familia. Durante su estadía en España, sirvió en el ejército real hasta 1811, cuando decidió retirarse. Sin embargo, abandonó España con un propósito claro: regresar a su tierra natal con la firme misión de luchar por la independencia de las naciones americanas.

Las campañas revolucionarias de San Martín desempeñaron un papel crucial en la obtención de la independencia de Argentina, Chile y Perú. Asumió el liderazgo en Cuyo y orquestó la legendaria travesía de Los Andes con su ejército, una hazaña que quedó grabada en la historia. A pesar de su dedicación a la causa patriótica, optó por retirarse, rechazando involucrarse en luchas internas por el poder.

En octubre de 1822, San Martín llegó a Chile y permaneció cerca de Santiago para recuperarse de una grave enfermedad. Al año siguiente, se trasladó a Mendoza con la intención de alejarse de la vida pública. Sin embargo, las críticas y el reciente fallecimiento de su esposa, Remedios de Escalada, lo llevaron a partir a Europa en febrero de 1824 junto a su hija Merceditas, quien tenía siete años en ese momento.

Después de residir en Gran Bretaña por un tiempo, se estableció modestamente en Bruselas, Bélgica. Durante su exilio, escribió las "Máximas para Merceditas", donde plasmó sus ideales educativos. En esos años, su salud se deterioró debido al reumatismo y enfrentó dificultades económicas. Además, experimentó una profunda nostalgia por su Patria mientras vivía en Europa.

En un nublado 17 de agosto de 1850 en Boulogne-sur-Mer, San Martín desayunó frugalmente y pidió a Mercedes que le leyera los diarios, como solía hacer. Después del almuerzo, sufrió intensos dolores de estómago y fue llevado a su cama, donde falleció alrededor de las tres de la tarde.

En su testamento, prohibió cualquier tipo de funeral o homenaje y expresó su deseo de que su corazón descansara en Buenos Aires. Sin embargo, en Argentina, los trámites burocráticos llevaron treinta años para cumplir su última voluntad. Finalmente, el 28 de mayo de 1880, los restos del Libertador fueron recibidos por el presidente Avellaneda y el ex presidente Sarmiento. Informa Voces Críticas.