Charlene de Mónaco demuestra el gran desprecio que siente por la familia real con esta brutal actitud

Charlene de Mónaco representa el gran misterio dentro de la monarquía a cargo del príncipe Alberto II, debido a que la ex nadadora ha mostrado, durante los últimos años, una actitud completamente desconcertante. Sin embargo, en su última aparición, la enigmática monarca ha demostrado que la principal razón de su tristeza está fuertemente vinculada a su esposo y a la relación que ella tiene con la familia real.

Debido a los innumerables homenajes que, recientemente, la familia real de Mónaco le ha hecho al difunto príncipe Rainiero, Charlene ha participado de varios actos oficiales junto a Alberto II y el resto de los integrantes de la realeza. Pero, lo llamativo de esta situación, es que no ha demostrado en ninguna ocasión deseos reales de estar allí. Una vez más, la presencia de la princesa estuvo eclipsada por su notoria tristeza y su actitud deprimente.



A diferencia del resto de la familia real, Charlene de Mónaco se ha mostrado cabizbaja e incómoda. Salvo por algunos intercambios con sus hijos, la ex nadadora no ha mostrado su sonrisa en ningún momento. Sin embargo, en el último acto que protagonizó en Córcega, donde fue la única integrante en asistir, mostró una renovada imagen, cargada de felicidad y simpatía. Al parecer, lo que verdaderamente entristece a la princesa es tener que compartir tiempo con los miembros de la corona. Informa Voces Críticas

El evento que despertó gran entusiasmo en la esposa de Alberto II fue el “Water Safety Days”, que organizó la “Fundación Princesa Charlene de Mónaco”. Allí, acudieron alrededor de 80 estudiantes juveniles, quienes participaron junto a la monarca de interesantes talleres sobre salvamento marítimo. Debido al pasado que comparte la ex deportista con el agua, se mostró muy entusiasmada con las actividades y completamente relajada.

 

 

 

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Para participar de esta experiencia, que generó grandes sonrisas en Charlene de Mónaco, la esposa del príncipe Alberto II debió ausentarse de algunos homenajes al ex monarca Rainiero, de los que sí participó el resto de la familia real. Pero, al parecer, eso no le provocó ninguna tristeza a la ex plebeya debido a que se la vio más radiante que nunca, compartiendo una distendida experiencia junto al resto de los jóvenes participantes.