La oscura sombra detrás del rey Carlos III: esta es la persona que Isabel II quería como heredera

Aunque el rey Carlos III haya sido el heredero directo de la reina Isabel II, aún no ha logrado conquistar al público británico y, mucho menos, demostrar que está a la altura del reinado de su madre. Sin embargo, hay una persona dentro de la familia real que, para muchos, cumple con las condiciones necesarias para ser la sucesora ideal de la difunta Lilibet.

Se trata de la princesa Ana, la segunda hija de la reina Isabel II y dos años menor que el rey Carlos III. Para los expertos en realeza, además de portar un gran carácter, la hija de Lilibet ha demostrado -a lo largo de los años- ser muy trabajadora y estar realmente comprometida con la monarquía de su país. Informa Voces Críticas



De hecho, esas dos características fueron las que la convirtieron en la integrante de la familia real más querida de Reino Unido. A diferencia del rey Carlos III, que no logra convencer a la ciudadanía británica de sus capacidades para reinar, Ana siempre ha sido destacada por su labor incansable y su gusto por la discreción -una cualidad que es fundamental dentro de la corona-.

En el caso del rey Carlos III, los escándalos siempre han sido parte de su vida. Además de la infidelidad cometida contra Lady Di, el esposo de Camila Parker no ha logrado controlar las disputas con el príncipe Harry y Meghan Markle, algo que también ha afectado la imagen positiva de la monarquía en su totalidad.

Es por eso que gran parte de la prensa de Reino Unido y un porcentaje notable de la ciudadanía considera que la princesa Ana hubiera sido la heredera perfecta. Sin embargo, las estructuras son muy importantes dentro de las monarquías; el buen comportamiento es fundamental, pero no tanto como la jerarquía y, como es de público conocimiento, el lugar de heredero fue siempre de Carlos III.



De todas formas, la princesa Ana ocupa un excelente puesto dentro de la familia real. Es el pilar fundamental del rey Carlos III y la única que tiene permitido decir lo que realmente piensa. Al menos así lo ha demostrado en una de sus últimas entrevistas, donde declaró estar en contra de la decisión de su hermano, respecto a achicar la realeza y eliminar a algunos integrantes no activos.

De hecho, a la reina Isabel II le gustaba halagar los logros de la princesa Ana en presencia del rey Carlos III, como forma de demostrar lo que ella esperaba de sus hijos. La relación entre ambas monarcas era excelente, la hija de la difunta reina siempre la defendía, inclusive en los momentos más críticos. Es por eso que muchos señalan que hasta Lilibet hubiera preferido a su única hija mujer como heredera al trono.