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Dos desvergonzados

La infanta Elena hace el trabajo sucio que Juan Carlos I le indica: esta fue su última orden

El emérito confía plenamente en las capacidades de su hija favorita

La infanta Elena hace el trabajo sucio que Juan Carlos I le indica: esta fue su última orden

Aunque Juan Carlos I sea uno de los miembros de la familia real más marginados en el último tiempo, aún cuenta con dos fieles aliadas: la infanta Elena y la infanta Cristina. Pese a que con ambas mantiene una excelente relación, el rey emérito de España destina responsabilidades muy distintas a sus dos hijas. Mientras una lo acompaña en sus compromisos sociales, la otra se ocupa del trabajo sucio.

Hace más de tres años que Juan Carlos I intenta mantener un perfil bajo que lo ayude a estar lejos de las polémicas. Es por eso que, cuando se trata de dinero, elige a la infanta Elena para que se ocupe de todos sus movimientos. En esta ocasión, se reveló que el esposo de la reina Sofía le comunicó a su hija que necesitaba mover un millón y medio de euros para una importante compra.



Se trata de una residencia en Sanxenxo que Juan Carlos I quiere comprar para instalarse cada vez que visite España. Aunque el padre del rey Felipe VI no tiene intenciones de instalarse definitivamente, debido a que busca evitar al fisco, sí desea tener una propiedad que lo reciba en cada uno de sus viajes. Informa Voces Críticas

Por el momento, Juan Carlos I es muy bien recibido en la casa de Pedro Campos, uno de sus amigos más antiguos. Sin embargo, el padre de la infanta Elena desea comprar su propia residencia en Sanxenxo, un lugar que le agrada notoriamente debido a que le permite tener privacidad, mantener la distancia con la prensa española y estar cerca de las actividades que tienen que ver con las regatas.

Otra característica que tiene Sanxenxo, muy necesaria para Juan Carlos I, es que allí su comunidad siente un gran aprecio por él. Todos están muy habituados a sus visitas y, de hecho, sienten un gran honor al recibirlo. Es por eso que el emérito de España -junto con Elena- se ocuparon de vender las residencias del monarca ubicadas en Galicia y Cataluña, para invertir en una residencia en dicha localidad.



De todas formas, como le explicó Juan Carlos I al rey Felipe VI, su intención no es vivir en España debido a que no está de acuerdo con las leyes de su país en cuanto a impuestos. Según lo establecido, el monarca español solo puede estar 183 días en su tierra natal sin verse obligado a responder a las exigencias del fisco. Fuera de ese límite de tiempo, el esposo de la reina Sofía tiene la obligación de declarar sus bienes.

Debido a que Juan Carlos I no está dispuesto a cumplir con las leyes de España, hace visitas muy frecuentes pero que duran muy pocos días. Hasta el momento, el padre de Felipe VI se siente muy a gusto en Abu Dabi y, cuando desea realizar algún movimiento financiero, recurre a la infanta Elena para que se ocupe de todos los detalles. Al parecer, luego de un largo entrenamiento, la ex esposa de Jaime de Marichalar aprendió a manejar la ostentosa fortuna de su padre y a evitar la ley en caso de ser necesario.

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